Quedamos a las 10h con Yoko Kobayashi, la guía que nos han asignado en Tokyo Free Guide. Llega un poco tarde porque viene de un festival tradicional, después también asistiremos. Nos presentamos, ella es madre de 2 hijos y se dedica a hacer de guía como hobby, y comentamos un poquito lo que queremos visitar.
Cogemos el JR hasta Harajuku, es domingo y allí se concentran los cosplayers, pero llegamos al puente y ná. A Yoko también le sorprende y nos dice que ese fin de semana se celebra el obon y muchas familias se trasladan a su pueblos natales para recordar a sus difuntos, quizás sea eso.
Cruzamos parte del boscoso parque Yoyogi para llegar al santuario Meiji. Yoko nos e
xplica el ritual sintoísta de purificación: coger agua con el cacito y echarla en la mano derecha, volver a coger agua y echarla en la izquierda y de nuevo coger agua y simular que se bebe. También nos explica como rezar, primero la monedita correspondiente y después dos palmadas, dos ‘bows’, otra palmada y a meditar un poquito… Damos un paseo por el santuario y nos encontramos que se va a celebrar una boda, también un bautizo. Nos explica Yoko que la mayoría de los japoneses siguen el rito sintoísta para las celebraciones (bodas, bautizos,…) y el budismo para los funerales y temas algo más tristes.Nos dirigimos a otra zona del parque Yoyogi, hay algunos músicos tocando, damos una vueltecita y al volver hacia el puente hay un grupito de chicos ensayando unos bailes…
Volvemos al JR, tenemos que hacer transbordo en el metro para ir al festiv
al tradicional. Por lo visto el Fukagawa Hachimangu Matsuri se celebra una vez cada tres años (hemos tenido suerte). Al salir del metro alucinamos con la cantidad de gente que hay, es prácticamente imposible moverse por las calles y recibimos algún que otro ‘empujón’. El festival vendría a ser como nuestra semana santa, varios grupos de personas cargan con sus santuarios portátiles y los bajan, los suben, les dan vueltas, mientras una manguera los moja. Esa es la particularidad del festival porque son los bomberos de los diferentes distritos de Tokyo quienes llevan los santuarios.Visitamos un templo budista de la zona, delante del quemadero de incienso Yoko nos explica el ritual budista de purificación, consiste en echarse por encima del cuerpo el humo. Delante de la imagen de buda hay que rezar, antes eso si, unas moneditas.
Hay muchos otros eventos en el barrio, un mercadillo, puestecitos de comida, una exhibición de kendo,... Decidimos ir a comer y entramos en un restaurante, pedimos unos yakisoba y 2 de pollo frito, con ensalada, sopa y arroz. En total 2500¥.
Volvemos a coger el metro y luego JR hasta Akihabara, el barrio de
la electrónica. Primero visitamos un centro anime, después unas callejuelas con tiendecitas de electrónica y por último un centro comercial, que según la planta te venden miniaturas, cartas de rol, manga, muñecas,… La mayor concentración por m2 de cosas frikis que hemos visto hasta el momento. Déu meu estos japoneses!!!Nos despedimos de Yoko y seguimos dand
o un paseo por Akihabara. Cogemos el JR y volvemos a Harajuku, bajamos por la calle Takeshita y seguimos viendo gente y tiendas peculiares. Llegamos hasta la calle Ometosando y echamos un ojillo al pijerío (en las tiendas y las viviendas). De camino al JR nos comemos un crepe (300¥) y al hotel.
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