Nos levantamos a las 9h, hoy queremos ver el monte Fuji.
Seguimos el trayecto del funicular hasta la última parada y allí un cremallera que baja a Souzan. Damos un paseo por el pueblo pero no tiene ninguna gracia. Así que cogemos el tren hacia Hakone-moto.
En el vagón vamos sentados al lado de una familia japonesa. Parece que a las dos niñas les hemos hecho gracia e insisten a su madre para que hable con nosotros. No hablan prácticamente inglés pero más o menos nos entendemos. Al final las niñas nos hacen un dibujo.
En Hakone-moto damos una vuelta, a las horas que son ya está todo medio muerto, pero encontramos una tienda abierta y compramos sake.
La verdad es que la ruta de hoy ha sido bastante guiri, si por lo menos hubieramos visto el monte Fuji hubiera valido la pena, pero no ha podido ser.
Volvemos al tren hasta Odawara y allí shinkansen a Tokyo. El tren va tope, hay más gente de pie que sentada. Nos bajamos en la Tokyo station. Vemos la fachada principal, dicen que es igual que la de la estación de Amsterdam (efectivamente), nos acercamos al parque imperial pero empieza a tronar y lluvia otra vez.
Volvemos corriendo a la estación y al hotel
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